El 14 de febrero, muchos esperan recibir cariño y reconocimiento. Sin embargo, si quieres ser valorado en tu entorno laboral, es fundamental dejar de contagiar a los demás con comportamientos tóxicos y, sobre todo, dejar de ser inconsistente. Los comportamientos negativos no solo afectan tu desempeño, sino que, desafortunadamente, también tienen un efecto multiplicador, extendiéndose entre colegas y equipos.
El contagio de los comportamientos tóxicos
Los comportamientos como el enojo, la negatividad o la evasión pueden reducir el compromiso de los empleados y llevar a que las personas pierdan interés en su trabajo. Según Peter Drucker, estos comportamientos “hacen que las personas se retiren del trabajo”. Cuando un empleado es afectado por el comportamiento tóxico de un colega o superior, corre el riesgo de adoptar el mismo patrón de conducta, contagiando a otros.
Christine Porath, una de las principales investigadoras de este fenómeno, señala que los comportamientos tóxicos actúan como un «virus» en el lugar de trabajo, creando un ambiente hostil y reduciendo la responsabilidad y el rendimiento general.
El miedo y la frustración: factores que alimentan los comportamientos tóxicos
Un estudio realizado en los Estados Unidos con 260 gerentes encontró que más del 44% de aquellos que evadían el conflicto y la responsabilidad lo hacían por miedo a ser reprendidos, mientras que el 17% lo atribuía a la frustración. Este tipo de miedo y frustración genera comportamientos tóxicos que no solo afectan al individuo, sino que también reducen el rendimiento del equipo.
Las estadísticas son alarmantes. Si bien algunos de estos comportamientos pueden ser provocados por cambios repentinos en la organización, la mayoría proviene de un liderazgo deficiente. Un líder que no es honesto, que no guía a su equipo o que no toma decisiones firmes genera inseguridad entre sus colaboradores. Este tipo de comportamientos puede manifestarse de diversas formas, como:
- No ser transparente sobre los cambios en la empresa.
- Falta de dirección clara.
- Falta de consensos sobre los objetivos.
- Intimidar o humillar públicamente a los empleados.
Estos comportamientos generan altos niveles de inseguridad en el equipo, lo que a su vez reduce su proactividad y compromiso.
La deriva de estilo y la inconsistencia
Cuando los líderes son inconsistentes, el impacto en el equipo puede ser devastador. Esta deriva de estilo ocurre cuando un líder cambia de comportamiento de forma abrupta, alternando entre actitudes positivas y negativas. Un estudio realizado por la Universidad de Michigan analizó cómo la inconsistencia afectaba los niveles de estrés en los empleados. El estudio dividió a 161 personas en tres grupos: uno que recibió retroalimentación positiva, otro que recibió retroalimentación negativa y un tercer grupo que recibió una mezcla de ambas.
El grupo que recibió señales mixtas presentó los niveles de estrés más altos, demostrando que la inconsistencia de los líderes es uno de los mayores factores de estrés en el entorno laboral. La inconsistencia genera confusión y desconfianza, lo que afecta tanto la moral del equipo como su desempeño.
Cómo evitar los comportamientos tóxicos y ser un líder consistente
Si deseas ser un líder apreciado y respetado por tu equipo, es fundamental evitar los comportamientos tóxicos y actuar de manera consistente. Aquí algunas estrategias para lograrlo:
- Sé consciente de tus actos: Reconoce cómo tus comportamientos afectan a los demás. Las acciones que perciben como amenazantes o inconsistentes generan respuestas emocionales negativas en tu equipo.
- Comunicación cara a cara: Evita comunicarte solo a través de medios digitales como WhatsApp o Skype. Usa la videollamada para que puedas observar los mensajes no verbales y asegurarte de que tus comunicaciones sean claras y respetuosas.
- Proporciona retroalimentación constante y coherente: La retroalimentación debe ser constante y coherente. Evita dar mensajes contradictorios o mezclados que puedan confundir a tu equipo.
- Fomenta un ambiente de confianza: Un equipo que se siente seguro y valorado es más proactivo y comprometido. Evita intimidar o humillar a los empleados, y en su lugar, fomenta una cultura de respeto y colaboración.
Conclusión
Los comportamientos tóxicos y la inconsistencia en el liderazgo no solo afectan a la persona que los ejerce, sino también a todo el equipo. Si deseas crear un ambiente laboral positivo y recibir el reconocimiento de tus colegas, deja de contagiar comportamientos negativos y trabaja en ser consistente en tus mensajes y acciones. Si estás interesado en mejorar tu liderazgo y aprender más sobre cómo evitar estos comportamientos, nuestros programas de desarrollo de liderazgo están diseñados para ayudarte a lograrlo.
Referencias
- Porath, C., & Pearson, C. (2009). The Cost of Bad Behavior: How Incivility Is Damaging Your Business and What to Do About It. Portfolio.
- Drucker, P. F. (2006). The Effective Executive: The Definitive Guide to Getting the Right Things Done. HarperBusiness.