¿Cuántos Fracasos tendrás en 2024?

¿Por qué las personas le temen tanto al fracaso? El fracaso forma parte de la vida, es una parte esencial de ésta – y del éxito también. Henry Ford lo dijo de una manera muy elocuente: “el fracasar es la oportunidad de empezar de nuevo, pero más potente”. Uno no puede aprender si no es a través del fracaso.

Cualquier persona que piense que fracasar es malo, debiese leer la historia de James Dyson, el creador de las aspiradoras sin bolsa. A Dyson le tomaron 5 años y 5,127 prototipos antes de tener la aspiradora ganadora. Pero cuando llegó a la 5,128, resultó ser un éxito.
Edison realizó 10,000 experimentos antes de lograr hacer funcionar al bombillo que hoy día funciona en nuestras casas. También terminó con 1,093 patentes en su nombre e inició GE, una de las empresas más exitosas de todos los tiempos.

Los hechos dicen que lo más que puedas fallar – si le das el tratamiento correcto – más vas a tener éxito. El punto clave es el siguiente: el fracaso es un aprendizaje para no cometer el mismo error dos veces. Edison realizaba notas cada vez que uno de sus 10,000 experimentos fallaba y se aseguraba que no volviera a realizar el mismo error de nuevo.

Michael Jordan, uno de los grandes basquetbolistas de todos los tiempos una vez: “he fallado cerca de 9,000 tiros en mi carrera. He perdido 300 juegos. En 26 ocasiones me han dado la confianza para tener el tiro decisor y lo he fallado. He fallado muchas veces, más de las que la gente recuerda. Es por esta razón que tuve éxito”.

El fracaso es un ingrediente elemental en los procesos de innovación – si las compañías y los equipos de trabajo no se arriesgan, nunca desarrollarán productos ganadores y revolucionarios en el mercado.

Trabajos que castigan el fracaso, terminarán con un talento de muy bajo nivel, con poca energía, poco compromiso y personas desertoras que se estarán cubriendo las espaldas y cuidando los procesos burocráticos. Este tipo de entornos, típicamente bajan la moral de la gente y en muchos de ellos, se llega a concebir una pérdida de autoestima.

El trabajo es una parte muy importante de nuestras vidas – lo que hacemos en gran medida define quienes somos. Trabajos con reglas, sistemas, procedimientos llegan a conducirnos a cada una de las acciones y también a las decisiones. Es como hablar de una industrialización de humanos que mueren en la burocracia.

Recuerdo que hace mucho tiempo, después de graduarme de un MBA, decidí migrar a Australia en búsqueda de una experiencia mucho más global de lo que era mi entorno en ese momento. Al llegar, me entreviste con Ernst & Young, Deloitte y Bain & Co. y las tres me rechazaron.

Eso no fue lo devastador, sino que seis meses después estaba lavando autos en un car wash, trabajando en las tardes en un restaurante y haciendo trabajos de albañilería los fines de semana. Ninguna empresa a la que aplicaba me daba una oportunidad y para ganarme la vida dignamente, tenía que hacer infinidad de trabajos, en su mayoría, de una demanda física impresionante. Cada uno de estos trabajos, sin embargo, me enseñaron cosas diferentes y además me hicieron darme cuenta de que, por más gris que el panorama pudiese ser, tenía tres cosas: vitalidad, propósito y un deseo impresionante de aprender.

Hoy día, tengo posiblemente el trabajo que siempre soñé, viajo por el mundo, ayudo a clientes de todas las industrias a estas tres cosas: ganar vitalidad, claridad del propósito y a medir y aprender de sus errores. Esto no lo hubiera podido haber aprendido en un libro, ni tampoco en una biografía de una persona exitosa, tuve que aprendérselo a la vida.
Agradeceré si me envías un correo con uno de tus fracasos más grandes. ¿Cuánto quieres fracasar este 2024? Mándame un correo a info@reddinassessments.com o conecta conmigo en LinkedIN.