¿Conoces la Teoría 3D de Bill Reddin?
Las personas que desean ser más efectivas se preocuparán con las respuestas a las siguientes preguntas:
¿Es un estilo más efectivo que otro?
¿Puede un estilo ser más efectivo en ciertas situaciones?
¿Existe un estilo perfecto, o la clave es la flexibilidad de estilo?
La mayor parte de la investigación del liderazgo realizadas hasta la fecha se basan en el Estudio de Ohio, Michigan y Harvard y representan el núcleo del pensamiento actual. Si bien difieren en muchos aspectos, su similitud esencial es la identificación y el énfasis en lo que podríamos llamar las variables de tareas y de relación.
Es bastante obvio que las tareas y las relaciones incluyen dimensiones fundamentales del comportamiento laboral. Los dos elementos distintivos de cualquier actividad son la tarea a realizar y la destreza de relaciones humanas que se requiere para lograr que la tarea se cumpla.
Orientación hacia la tarea (OT) Grado en que una persona dirige sus propios esfuerzos y los de otros. Caracterizado por iniciar, organizar y dirigir.
Orientación hacia las relaciones (OR) Grado en que una persona utiliza relaciones personales de confianza y libertad. Caracterizado por escuchar, confiar y estimular.
Debido a la independencia de OT y OR, las escalas que representan estos parámetros se dibujan en ángulo recto. Cuatro combinaciones
Si las escalas de OT y OR se subdividen en dos partes iguales pueden representarse cuatro estilos básicos.
Es importante recordar que los cuatro estilos básicos son una comodidad de identificación y no un hecho. Las líneas que separan los cuatro estilos no existen realmente; han sido dibujadas para facilitar la descripción del comportamiento. Por lo tanto, nadie está encasillado cuando se le identifica como “relacionado” o con algún otro estilo. Como ocurre con cualquier rótulo, implica que hay mayor similitud con ese estilo y estilo y nada más que esto.
Los estilos básicos en la Teoría 3-D son: Separado, Relacionado, Dedicado e Integrado.
El estilo separado es un estilo básico que tiene reducida orientación a la tarea y reducida orientación a las relaciones. El estilo relacionado que tiene marcada orientación a las relaciones solamente. El estilo dedicado describe comportamiento con marcada orientación a la tarea, pero reducida orientación a las relaciones. El estilo integrado con alta orientación a la tarea y alta orientación a las relaciones, se denomina así porque describe el comportamiento que combina OT y OR.
Separado: Es aquel que se preocupa por la corrección de desviaciones. Tiende a escribir más que a hablar y, en parte, debido a esto tiene relativamente poca comunicación personal en cualquier dirección. Su perspectiva de tiempo tiende a estar vinculada con el pasado y con “cómo nos fue la vez pasada”. Por lo tanto, se identifica con la organización en su conjunto más que con los integrantes individuales. Debido a su deseo de mantener las cosas equilibradas se interesa mucho por reglas y procedimientos y, naturalmente, juzga a los demás por el grado en que también ellos las cumplen.
Relacionado: es aquel que acepta a otros como los encuentra. Gusta de largas conversaciones como una manera de conocer mejor a otros. Debido a esto tiende a obtener una gran cantidad de información útil de sus subordinados. No está demasiado preocupado por el tiempo y esto, en parte, le permite conocer mejor a otros, particularmente a los subordinados con los cuales se identifica. Percibe a la organización primariamente como un sistema social y juzga a sus subordinados sobre la base de cuán bien entienden a otros. Juzga a los superiores sobre la base del calor que brindan a los subordinados. En trabajos de comité apoya a otros, armoniza las diferencias, los orienta y los estimula para que den lo mejor de sí.
Dedicado: tiende a dominar a otros. Da muchas instrucciones verbales, su perspectiva de tiempo es inmediata y cuando tiene la posibilidad de elegir prefiere el “hágalo ahora”. Se identifica con los superiores y con el sistema técnico de la empresa. Cuando le es posible, recalca las demandas de las tareas en vez de las del sistema humano. Juzga a los subordinados por el grado en que pueden producir y a los superiores por su destreza en el uso del poder. Ocupa una parte muy activa en comités e inicia, evalúa y dirige mucho. Está bien ajustado para algunos tipos de dirección de producción donde el comando es requerido, así como para la gerencia de ventas. No trabaja muy bien en situaciones donde tiene poco poder, porque entonces no puede decirle a la gente simplemente lo que deben hacer.
Integrado: le gusta participar. Fundamentalmente es una persona que se incorpora a, y hace, los mayores esfuerzos para interrelacionarse adecuadamente con individuos o grupos de trabajo. Le gusta comunicarse con otros en el encuadre de grupo y usa las reuniones con frecuencia. A través de ellas puede obtener la comunicación bidireccional que prefiere. Su orientación es siempre hacia el futuro. Como tiene verdadera preocupación por las diferencias de poder, se identifica fuertemente con los colaboradores y recalca el trabajo en equipo. Usa el trabajo en equipo y otros métodos para integrar las necesidades individuales con las de las tareas. Juzga naturalmente a los subordinados en términos de su buena voluntad para incorporarse al equipo. Juzga a su superior en términos de su destreza para el trabajo conjunto.
imposible aprender los beneficios de la Teoría 3-D.
No hay un estilo ideal
No existe evidencia de que un estilo sea generalmente más efectivo que otro. Sugerir que lo es, sería incurrir en lo que los científicos sociales denominan error normativo, es decir, sugerir que una cosa es mejor que otra con base tan solo en lo que uno prefiere creer en vez de lo que la evidencia sugiere.
Las personas deben despedirse de quien adquiere el conocimiento de una sola teoría de comportamiento en un seminario, y pasa los años siguientes cantando “seamos todos como yo soy” y que no cambia a nadie en el proceso. Los investigadores, sobre cuya teoría pudo estar basado el diseño de ese seminario, ciertamente confiaban que él no se hiciese tan rígido. La conducta laboral es demasiado compleja para ser encapsulada en una sola creencia. A lo largo de los siglos una ideología rígida siempre fue atractiva y excitante a corto plazo, pero a largo plazo genera guerras. Necesitamos menos “creyentes fieles” del tipo que Eric Hoffer describió tan bien. En vez de ellos necesitamos racionalismo y objetividad.
El entrenamiento debe orientarse hacia la flexibilidad de estilos en vez de a la rigidez, ni siquiera hacia un estilo ideal.
Por supuesto que es cierto que los estilos ideales tienen algo de mágico y proveen una bandera conveniente para aunar a los fieles; sin embargo, esto parece ser, a pesar de todo, un terreno muy flojo para basar programas de cambio organizativo y de efectividad.
Algunas personas han aprendido que, para ser efectivas, deben crear a veces una atmósfera que inducirá auto-motivación entre sus colaboradores, mientras que otras deben de actuar de tal modo que parezcan duros o blandos. En otros momentos deben saber desaparecer por un tiempo y aparentar no hacer nada. Parecería ser más correcto decir entonces que cualquier estilo básico puede usarse más o menos efectivamente, dependiendo de la situación en que se aplique.
Los estilos se interpretan mejor en relación con situaciones específicas. Cualquier estilo tiene una situación que le es más apropiada y muchas situaciones inapropiadas. La tercera dimensión (además de la OT y la OR) podría titularse “adecuación del estilo a la situación”. Como tal adecuación resulta en efectividad conductual € se usa este término en vez del anterior que es más largo. Por lo tanto, estilo más adecuado y estilo más efectivo tienen el mismo significado.
Ocho estilos conductuales (también conocidos como estilos de liderazgo)
Por lo visto anteriormente, cualquier estilo básico puede ser más o menos efectivo dependiendo de la situación particular en la que se usa. Cada estilo básico tiene su contraparte más o menos efectiva.
Las dos dimensiones básicas son siempre OT y OR. La tercera dimensión es la efectividad conductual €, es decir, el grado en que una persona adapta sus estilos a la situación, logrando los resultados de su puesto.
La distinción vital entre los estilos más o menos efectivos no reside en el comportamiento gerencial expresado en términos de OT y OR. Cualquier cantidad de OT y OR no garantiza efectividad; ésta resulta de la adecuación de un estilo dado a la situación en la que se usa. Por lo tanto, cuando se usa un estilo básico DEDICADO en una situación en que no es el apropiado, se le percibe como y se le denomina “AUTÓCRATA”; mientras que cuando se le usa apropiadamente se le percibe como y se le denomina “AUTÓCRATA BENÉVOLO”. Las versiones más o menos efectivas de los estilos básicos se indican en la tabla que se muestra a continuación:
Tercera Dimensión (3D)
Una persona puede desplazarse a lo largo de la tercera dimensión, que es la efectividad, adecuando su estilo básico a las necesidades de la situación. Es muy posible y lógico que el razonamiento titulado “DESERTOR” en una situación sea denominado “BURÓCRATA” en otra. El estilo conductual con sus connotaciones de efectividad no puede definirse simplemente con referencia al comportamiento; se debe definir siempre con referencia a las demandas de la situación. Cuando se hace una evaluación de estilo conductual, dos cosas se deben tomar en cuenta: una es el comportamiento que se usa realmente expresado en términos de OT y OR y la otra son las demandas de la situación en que se le usa.
Cuando el comportamiento particular no se adapta a las demandas de la situación, debería usarse uno de los de estilos menos efectivos para describir tal situación. Cuando el comportamiento es apropiado para la situación, debería usarse uno de los rótulos de estilos más efectivos. La evaluación de estilo incluye, por tanto, lo que con frecuencia es una evaluación inconsciente de las necesidades de la situación, a la vez que la evaluación consciente sobre el comportamiento.
Esta evaluación múltiple se percibe muy bien en expresiones como: “yo soy firme, usted es obstinado” o “él es un cabeza dura”. Las piruetas semánticas del columnista Sidney J. Harris, que aparecen en muchos diarios norteamericanos, van al fondo de la cuestión. Cada vez muestra que no juzgamos solamente el comportamiento sino su impacto sobre nuestros sentimientos personales al respecto. Por ejemplo, yo soy “pragmático”, usted es “un oportunista”, él es “maquiavélico”. Yo expreso “las viejas verdades”, usted “la sabiduría heredada”; él expresa “lamentos”, yo soy “imparcial”; usted es un “indeciso”, él es un “malabarista”. Lo que algunos ven como elasticidad, otros lo ven como rigidez; todos pueden observar el mismo comportamiento y, sin embargo, evaluarlo en forma muy diferente. La mejor manera de explicar estas diferencias reside en la forma de percibir lo que demanda la situación. Si pensamos que un comportamiento dado es apropiado para la situación le daremos un título positivo, y viceversa.
Cualquiera de los estilos de una de las líneas arriba mencionadas, puede describir comportamiento idéntico. Esto refuerza lo que ocurre realmente cuando se hace una evaluación de la efectividad: el comportamiento y la situación se consideran en conjunto.
Los estilos son juicios sobre la efectividad
Como surge de un ejemplo simple, la persona que gritara “todos afuera” en un cine en llamas sería denominado “AUTÓCRATA BENÉVOLO”; pero precisamente el mismo comentario usado para cerrar una oficina o un restaurante en la noche podría ser denominado “AUTÓCRATA”. Los estilos conductuales indican el grado de adecuación que se percibe en un comportamiento, a la vez que el estilo del mismo. Esto es una característica clave de la teoría 3-D que la distingue de muchos otros enfoques.
Para tomar otro caso se podría señalar que muchas tareas son puramente administrativas, consisten esencialmente en tomar documentos de un archivo, aplicar unas pocas reglas de decisión a los mismos y colocarlos en un correo electrónico. ¿Qué estilo se demanda para este trabajo?, obviamente el estilo SEPARADO es el ideal. Una persona que pudiese usar un comportamiento SEPARADO en su trabajo se le denominaría BURÓCRATA.
Supóngase que un gerente de ventas se comportara de esa manera; se les podría ver o describir como “DESERTOR” ya que el comportamiento SEPARADO en la mayor parte del trabajo que ellos realizan es altamente inapropiado. Por lo tanto, la misma conducta representada por el estilo SEPARADO, es efectiva en algunas tareas, pero en otras no. Surge claramente de todo esto, que una persona debe conocer, y la teoría 3-D debe explicar cómo se evalúan las situaciones y cómo se incrementa la flexibilidad de tal forma que se pueda usar el estilo más adecuado.